26 agosto 2011

El niño que llevamos dentro...

Es evidente que nuestro cuerpo siempre esta cambiando imperceptiblemente de formas, cuando teníamos un cuerpo de niño, actuábamos como un niño, un cuerpo adolescente, como jóvenes, y ya con nuestro cuerpo desarrollado, nos comportamos como una persona adulta, por supuesto que estos cambios, no significa que nuestra esencia se halla alterado, en absoluto! Se amolda a los cambios del cuerpo y se comporta en base a ello y conserva sus vivencias en cada etapa de nuestra vida en este mundo. 


Es evidente que podemos haber olvidado muchas cosas, ideas colores, palabras, dolores, pasiones, deudas, nombres, fechas, canciones y cualesquiera de las tantas cosas grandes y pequeñas, que caben desordenadamente en ese inmenso baúl de los recuerdos y de las cosas excedentarias de la vida. 


Pero sabes? Las cosas nobles de tu infancia jamás las olvidas, pues sobre aquellas cosas fue que edificaste lo que tienes de bondad, entonces... ¿Cómo negar el niño que llevamos dentro? (Intentarlo siquiera equivaldría a empezar a vivir muriendo) No te parece? Tal vez esto signifique que hemos tenido una infancia medianamente feliz y que todavía llevamos dentro, a ese niño que éramos no hace tanto tiempo, y siempre en algunos de nuestros actos, él nos hace ver que siempre está presente, dando sentido a nuestra vida.

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