
Personas Famosas Que Murieron Sin Que Te Dieras Cuenta.-
Chris Penn – Enfermedad Cardíaca
El hermano menor del actor compañero, Sean Penn. Chris fue un actor increíble por mérito propio y apareció en filmes como Perros de reserva y El jinete pálido. El 24 de enero de 2006, Chris murió a la edad de 40, debido a una “cardiomiopatía no específica” (enfermedad cardíaca), pero reportes toxicológicos encontraron también drogas en su sistema.
Laura Branigan – Aneurisma Cerebral Ventricular
Laura Branigan fue mejor conocida por sus sencillos exitosos, Self Control e Inmortal Gloria; y fue una de las artistas que contribuyó a la banda sonora de Los Caza Fantasmas y Flashdance. Ella falleció el 26 de agosto de 2004, debido a un aneurisma cerebral ventricular. Ella había estado experimentando dolores de cabeza por semanas, pero no acudió a un doctor para revisarse.
5 MITOS SOBRE EL ABORTO
Que el aborto es un crimen y no un derecho, no es una frase ni un concepto inventado por la Iglesia católica ni por confesión religiosa alguna, sino que lo afirma y sostiene la comunidad científica mundial, como lo explica muy bien Maestro Gelimer en una sustanciosa nota publicada recientemente en el portal “Ideas”.
Los proabortistas nos inducen a una falsedad: la que hace que el vulgo piense que la defensa del Derecho a la Vida es algo que sólo puede argumentarse desde posiciones y creencias religiosas.
Para deshacer esa falacia, nosotros vamos a esquivar en esta ocasión todo recurso a las constantes condenas que del aborto ha hecho y sigue haciendo el Magisterio de la Iglesia Católica, y tampoco invocaremos los pronunciamientos reprobatorios que contra el aborto han podido hacer otras confesiones cristianas o religiones no cristianas.
En este sentido, valga recordar que los judíos ortodoxos condenan el aborto así: “El asesinato de estos fetos refleja el endurecimiento de la sensibilidad de los seres humanos y es característica de nuestra época.
Ninguna mujer es el árbitro final para disponer de su propio cuerpo y de la vida humana embrionaria que florece dentro de ella.” (De esta manera se pronunció el Consejo Rabínico de América, publicado en Abortion Law Scored by Rabbis, New York Times, abril 1972).
Creemos que el aborto es un mal objetivo, y por eso mismo es nuestro ánimo el de convencer a cualquier persona para que, independientemente de su credo religioso o de su ateísmo, pueda atisbar siquiera la malignidad del aborto.
En primer lugar, hemos de aclarar qué es lo que entendemos por aborto. Para ello recurriremos al Código Penal español que dice así: “Se considera aborto no sólo la expulsión prematura y voluntariamente provocada del producto de la concepción, sino también su destrucción en el vientre de la madre”.
Los defensores del aborto han pretendido negarle el estatuto de ser humano a ese “producto de la concepción”, al tratar de identificarlo con una “excrecencia” de la madre; a veces, su argumento ha consistido en pretender aplazar la consideración de ser humano que de ese producto pudiera hacerse, aplazando su reconocimiento hasta llegar un momento, póngase en la etapa en que se quiera, de la evolución de esa vida en que pasaría de un estado no humano al de un estado de humanidad; encontrar esa línea invisible a partir de la cual se podría hablar ya de ser humano es un error de principio. Pero, esgrimiendo ese error es como niegan el estatuto de ser humano al “producto” de la fecundación del óvulo.
Estos regateos vinieron muy pronto a ser negados por la comunidad científica más honesta. La Primera Conferencia Internacional sobre el Aborto se realizó en Washington D. C. allá por octubre de 1967.
Concurrió a ella un grupo amplio de científicos de todo el mundo, representados proporcionalmente por disciplinas, razas y religiones. La conclusión a la que llegaron fue unánime:
“La mayoría de nosotros no pudo encontrar ningún punto o etapa en el tiempo que transcurre entre la unión del espermatozoide y el óvulo, o por lo menos la etapa del blastocisto (implantación) y el nacimiento del niño, en que pudiéramos decir que esa vida no es humana.
Los cambios que ocurren entre la implantación, el embrión de 6 semanas, el feto de 6 meses y la persona adulta son, simplemente, etapas de crecimiento y maduración”.
Como señala José Javier Esparza: “Tampoco tienen demasiado sentido las discusiones acerca de si esa vida es ya tal o no lo es todavía, cuándo empieza a serlo y por qué no lo sería antes de ese momento.
Este tipo de planteamientos caben en una percepción meramente superficial del hecho biológico humano, percepción según la cual sólo tendría vida propiamente humana aquel ente con apariencia y funciones idénticas a las de los humanos post-embrionarios […] Gracias a los avances en Genética y en biología molecular sabemos que una vida es, entre otras cosas, una unidad de información transmitida hereditariamente a través de los genes, y que esa unidad existe ya, con su identidad singular, desde el momento de la fecundación”.
Lo que se expulsa en un aborto -el feto- no es un amasijo de sustancias orgánicas, sino que era, hasta el momento de su asesinato, una vida humana individual. El diminuto ser que se forma de la unión de los 23 cromosomas del espermatozoide paterno y los 23 cromosomas del óvulo materno es un ser único y no es de ninguna manera una “excrecencia” -como sostienen algunos demagogos- de la madre.
Ese ser contiene dentro de sí un código genético, completamente programado que lo hace moverse activamente hacia la existencia humana adulta, y que los abortistas truncan al asesinarlo en cualquiera de sus fases evolutivas.
El espermatozoide paterno y el óvulo materno tienen vida, pero como células individuales ni uno ni otro son capaces de autorreproducirse. Unidas sí que forman una nueva vida, única, que ya no es ni la del óvulo ni la del espermatozoide.
El cuerpo de un niño no nacido es más complejo que el nuestro; antes de nacer posee ciertos órganos que, siendo suyos y no de la madre, le permiten desarrollarse a partir de su célula original (su cápsula espacial, su saco amniótico, su cordón vital, su cordón umbilical y su placenta).
Entre los 18 y 25 días comienza a latir el corazón del feto; a las 9 o 10 semanas pueden registrarse electrocardiogramas. A los 43 días se podrían efectuar electroencefalogramas de su cerebro.
A las 6 semanas el niño no nacido comienza a moverse, aunque no sea percibido por su madre hasta la vigésima semana. “Entre la sexta y la séptima semana, si se acarician los labios del feto responde doblando el tronco hacia un lado y estirando los brazos rápidamente hacia atrás.
Este movimiento se llama de respuesta total porque pone en movimiento la mayor parte del cuerpo” (Developmental Anatomy, Leslie, B. Arey, 1954). A las 8 semanas reacciona a las cosquillas echando la cabeza hacia atrás, para alejarse del estímulo; también a las 8 semanas segrega jugos gástricos; a la octava semana todos los órganos vitales y sistemas del organismo humano están presentes en el feto.
A las 9 o 10 semanas mueve la lengua, traga, entorna los párpados y cierra la palma de la mano si se la acarician. A las 11 o 12 semanas se chupa el dedo con tesón.
A las 11 o 12 semanas el niño respira el líquido amniótico con regularidad y continúa haciéndolo hasta su nacimiento, ejercitando así su sistema respiratorio y sin ahogarse por recibir el oxígeno a través del cordón umbilical.
A las 18 semanas el niño ya tiene sus cuerdas vocales totalmente desarrolladas y puede intentar llorar, aunque al no haber aire en el útero no puede emitir sonido alguno.
Sabiendo todo esto –que es poco para lo que la ciencia sabe de la vida individual del feto en el claustro materno- nos preguntamos: ¿cuándo, abortistas demagogos, podemos decir que es un ser humano lo que matáis?
Os lo diremos: en cualquier momento, desde la concepción, lo que atente contra esa vida humana es un crimen, pues esa vida es humana aunque intentéis persuadir a todo el mundo de que no es así.
En ese sentido, sin necesidad de refrendo científico, en todas las sociedades que podemos denominar culturas –incluso entre los bárbaros- el aborto ha sido, a lo largo del tiempo y a lo ancho del orbe, un crimen execrable, algo tenido como reprobable y punible por la comunidad; más tarde, incluso sería conceptuado en los códigos legislativos como delito.
En el Derecho Romano se comenzó a castigar el aborto en cuanto perjudicaba a la madre, pero en el Código de Eurico el aborto será castigado por el crimen que supone de la criatura indefensa.
Es así como, incluso entre los llamados “bárbaros” de la Alta Edad Media, se verá castigar el aborto con severas penas. Según Theofil Melicher, en el Derecho Visigodo, la capacidad jurídica comienza en el momento de la concepción; nos lo argumenta recurriendo a la legislación de Chindasvinto, la cual castiga el aborto como delito, viniendo a conceder derechos hereditarios al póstumo.
Sin embargo, otros autores –como Planitz- piensan que el derecho visigótico no consagraba un principio general de reconocimiento de capacidad jurídica al “nasciturus”, aunque sí arbitraba una serie de medidas protectoras de esa vida incipiente, instrumentos jurídicos que penalizaban el aborto y establecían una serie de derechos para esa personalidad en expectativa que es el “nasciturus”. En el III Concilio de Toledo Recaredo equipara el delito de aborto al infanticidio.
La ruptura del lazo comunitario en nuestras sociedades posindustriales y de consumo favorece un pervertido concepto individualista de sociedad como “suma de individuos” en la que se pierde fácilmente la noción de lo que es una comunidad histórica.
La comunidad histórica se va desvaneciendo ante la imposición de la aldea global que avanza. En nuestras sociedades, los individuos no se sienten ni reconocen como pertenecientes al flujo histórico de las generaciones anteriores (que como ancestros suyos los precedieron), y tampoco tienen conciencia de las generaciones futuras (que como ascendientes suyos los sucederán). Se sienten Robinsones sin pasado ni futuro.
Por eso, el individualismo egoísta es uno de los grandes compinches del aborto, en tanto que no ampara la vida de las generaciones futuras, por desentenderse de ellas al considerarlas tan ajenas a ellos como ajenas son, para ese individuo desarraigado, las generaciones de sus antepasados.
Y eso es tan así que, mientras que se fomenta una idea muy vaga de “solidaridad” entre individuos contemporáneos (por muy alejados que estén en el espacio), se pierde de vista la más genuina solidaridad, que es la que empieza por serlo en su realidad transgeneracional, la misma que encadena a los contemporáneos con los compatriotas que estuvieron antes y con los compatriotas que vendrán a sucedernos.
Se nos presenta, de esta forma, una paradoja muy de nuestro tiempo, expresada por Eugenio d’Ors: “Toda tradición, en efecto, al constituirse se constituye localmente.
No sólo el grupo que ingresa en lo histórico entra con ello a sentirse diferente de los sumidos en lo subhistórico; sino a sentirse también diferente de los otros grupos históricos, con una diferencia proveniente de que la comunidad en los mismos recuerdos y en las mismas perspectivas de futuro a la vez que unifican generaciones, siglos, épocas, aislan de aquellos otros cuya comunidad se ha establecido con una fórmula local distinta, aunque sea siempre una fórmula histórica. La solidaridad en el tiempo, dicho de otro modo, no implica necesariamente la solidaridad en el espacio”.
Conclusión
Los defensores del aborto han llegado a pervertir el lenguaje hasta tal grado que lo que ha sido siempre un “delito”, nos lo quieren ahora hacer tragar como un “derecho”, un más que siniestro “derecho” que no es tal.
Por eso, la Ley Orgánica 9/85 del 5 de julio, aprobada por las Cortes y por el Rey Juan Carlos I, se conoce como “Ley de la despenalización del aborto”. No puede haber una despenalización, si no ha sido que previamente hubiera una penalización; y esa penalización se establecía en virtud de que la práctica que se penalizaba era y es un delito, no un derecho.
Hoy en día, la demagogia a favor del aborto, pugna por despenalizar hasta el aborto libre y más que “gratuito”, un aborto a costa de la hacienda pública; se invierte así la realidad delictiva y criminal del aborto, convirtiéndolo malévolamente en un presunto “derecho” inadmisible; este maligno artificio ingeniado por leguleyos y politicastros deja campo libre a los técnicos de la muerte, y todo ello viene a formar un colosal y monstruoso negocio del que se lucran grandes complejos de exterminio.
Así, chusma sin escrúpulos hace su negocio de sangre, amparada por leyes injustas que aprueban algunos Estados relativistas, sumidos en su miseria intelectual y moral.
El cúmulo de supersticiones y tópicos pseudocientíficos que cunde sobre la naturaleza humana; la dependencia económica de los medios de comunicación de masas -convertidos en dóciles instrumentos que transmiten las falacias proabortistas que justifican tendencias perversas; la complicidad de los políticos con la industria del exterminio de fetos; el individualismo práctico vigente en las sociedades opulentas, hedonistas y técnicas… son los principales cómplices del genocidio abortista a escala planetaria.
La resistencia contra este holocausto ha de ser, en este mundo en que vivimos, la que se afronte desde:
1) la reformulación de una nueva antropología (a la luz de un ejercicio honesto de la ciencia).
2) la restauración de un concepto de comunidad –que supere el individualismo atómico del neoliberalismo y entronque al hombre actual con las generaciones pasadas y con las futuras.
3) la alianza estratégica, en esta primera línea de combate, de las religiones –sin que esto implique confusión ni sincretismo alguno- que coincidan en la defensa de los mínimos morales.+ (Maestro Gelimer)
Fuente aica.org
Que el aborto es un crimen y no un derecho, no es una frase ni un concepto inventado por la Iglesia católica ni por confesión religiosa alguna, sino que lo afirma y sostiene la comunidad científica mundial, como lo explica muy bien Maestro Gelimer en una sustanciosa nota publicada recientemente en el portal “Ideas”.
Los proabortistas nos inducen a una falsedad: la que hace que el vulgo piense que la defensa del Derecho a la Vida es algo que sólo puede argumentarse desde posiciones y creencias religiosas.
Para deshacer esa falacia, nosotros vamos a esquivar en esta ocasión todo recurso a las constantes condenas que del aborto ha hecho y sigue haciendo el Magisterio de la Iglesia Católica, y tampoco invocaremos los pronunciamientos reprobatorios que contra el aborto han podido hacer otras confesiones cristianas o religiones no cristianas.
En este sentido, valga recordar que los judíos ortodoxos condenan el aborto así: “El asesinato de estos fetos refleja el endurecimiento de la sensibilidad de los seres humanos y es característica de nuestra época.
Ninguna mujer es el árbitro final para disponer de su propio cuerpo y de la vida humana embrionaria que florece dentro de ella.” (De esta manera se pronunció el Consejo Rabínico de América, publicado en Abortion Law Scored by Rabbis, New York Times, abril 1972).
Creemos que el aborto es un mal objetivo, y por eso mismo es nuestro ánimo el de convencer a cualquier persona para que, independientemente de su credo religioso o de su ateísmo, pueda atisbar siquiera la malignidad del aborto.
En primer lugar, hemos de aclarar qué es lo que entendemos por aborto. Para ello recurriremos al Código Penal español que dice así: “Se considera aborto no sólo la expulsión prematura y voluntariamente provocada del producto de la concepción, sino también su destrucción en el vientre de la madre”.
Los defensores del aborto han pretendido negarle el estatuto de ser humano a ese “producto de la concepción”, al tratar de identificarlo con una “excrecencia” de la madre; a veces, su argumento ha consistido en pretender aplazar la consideración de ser humano que de ese producto pudiera hacerse, aplazando su reconocimiento hasta llegar un momento, póngase en la etapa en que se quiera, de la evolución de esa vida en que pasaría de un estado no humano al de un estado de humanidad; encontrar esa línea invisible a partir de la cual se podría hablar ya de ser humano es un error de principio. Pero, esgrimiendo ese error es como niegan el estatuto de ser humano al “producto” de la fecundación del óvulo.
Estos regateos vinieron muy pronto a ser negados por la comunidad científica más honesta. La Primera Conferencia Internacional sobre el Aborto se realizó en Washington D. C. allá por octubre de 1967.
Concurrió a ella un grupo amplio de científicos de todo el mundo, representados proporcionalmente por disciplinas, razas y religiones. La conclusión a la que llegaron fue unánime:
“La mayoría de nosotros no pudo encontrar ningún punto o etapa en el tiempo que transcurre entre la unión del espermatozoide y el óvulo, o por lo menos la etapa del blastocisto (implantación) y el nacimiento del niño, en que pudiéramos decir que esa vida no es humana.
Los cambios que ocurren entre la implantación, el embrión de 6 semanas, el feto de 6 meses y la persona adulta son, simplemente, etapas de crecimiento y maduración”.
Como señala José Javier Esparza: “Tampoco tienen demasiado sentido las discusiones acerca de si esa vida es ya tal o no lo es todavía, cuándo empieza a serlo y por qué no lo sería antes de ese momento.
Este tipo de planteamientos caben en una percepción meramente superficial del hecho biológico humano, percepción según la cual sólo tendría vida propiamente humana aquel ente con apariencia y funciones idénticas a las de los humanos post-embrionarios […] Gracias a los avances en Genética y en biología molecular sabemos que una vida es, entre otras cosas, una unidad de información transmitida hereditariamente a través de los genes, y que esa unidad existe ya, con su identidad singular, desde el momento de la fecundación”.
Lo que se expulsa en un aborto -el feto- no es un amasijo de sustancias orgánicas, sino que era, hasta el momento de su asesinato, una vida humana individual. El diminuto ser que se forma de la unión de los 23 cromosomas del espermatozoide paterno y los 23 cromosomas del óvulo materno es un ser único y no es de ninguna manera una “excrecencia” -como sostienen algunos demagogos- de la madre.
Ese ser contiene dentro de sí un código genético, completamente programado que lo hace moverse activamente hacia la existencia humana adulta, y que los abortistas truncan al asesinarlo en cualquiera de sus fases evolutivas.
El espermatozoide paterno y el óvulo materno tienen vida, pero como células individuales ni uno ni otro son capaces de autorreproducirse. Unidas sí que forman una nueva vida, única, que ya no es ni la del óvulo ni la del espermatozoide.
El cuerpo de un niño no nacido es más complejo que el nuestro; antes de nacer posee ciertos órganos que, siendo suyos y no de la madre, le permiten desarrollarse a partir de su célula original (su cápsula espacial, su saco amniótico, su cordón vital, su cordón umbilical y su placenta).
Entre los 18 y 25 días comienza a latir el corazón del feto; a las 9 o 10 semanas pueden registrarse electrocardiogramas. A los 43 días se podrían efectuar electroencefalogramas de su cerebro.
A las 6 semanas el niño no nacido comienza a moverse, aunque no sea percibido por su madre hasta la vigésima semana. “Entre la sexta y la séptima semana, si se acarician los labios del feto responde doblando el tronco hacia un lado y estirando los brazos rápidamente hacia atrás.
Este movimiento se llama de respuesta total porque pone en movimiento la mayor parte del cuerpo” (Developmental Anatomy, Leslie, B. Arey, 1954). A las 8 semanas reacciona a las cosquillas echando la cabeza hacia atrás, para alejarse del estímulo; también a las 8 semanas segrega jugos gástricos; a la octava semana todos los órganos vitales y sistemas del organismo humano están presentes en el feto.
A las 9 o 10 semanas mueve la lengua, traga, entorna los párpados y cierra la palma de la mano si se la acarician. A las 11 o 12 semanas se chupa el dedo con tesón.
A las 11 o 12 semanas el niño respira el líquido amniótico con regularidad y continúa haciéndolo hasta su nacimiento, ejercitando así su sistema respiratorio y sin ahogarse por recibir el oxígeno a través del cordón umbilical.
A las 18 semanas el niño ya tiene sus cuerdas vocales totalmente desarrolladas y puede intentar llorar, aunque al no haber aire en el útero no puede emitir sonido alguno.
Sabiendo todo esto –que es poco para lo que la ciencia sabe de la vida individual del feto en el claustro materno- nos preguntamos: ¿cuándo, abortistas demagogos, podemos decir que es un ser humano lo que matáis?
Os lo diremos: en cualquier momento, desde la concepción, lo que atente contra esa vida humana es un crimen, pues esa vida es humana aunque intentéis persuadir a todo el mundo de que no es así.
En ese sentido, sin necesidad de refrendo científico, en todas las sociedades que podemos denominar culturas –incluso entre los bárbaros- el aborto ha sido, a lo largo del tiempo y a lo ancho del orbe, un crimen execrable, algo tenido como reprobable y punible por la comunidad; más tarde, incluso sería conceptuado en los códigos legislativos como delito.
En el Derecho Romano se comenzó a castigar el aborto en cuanto perjudicaba a la madre, pero en el Código de Eurico el aborto será castigado por el crimen que supone de la criatura indefensa.
Es así como, incluso entre los llamados “bárbaros” de la Alta Edad Media, se verá castigar el aborto con severas penas. Según Theofil Melicher, en el Derecho Visigodo, la capacidad jurídica comienza en el momento de la concepción; nos lo argumenta recurriendo a la legislación de Chindasvinto, la cual castiga el aborto como delito, viniendo a conceder derechos hereditarios al póstumo.
Sin embargo, otros autores –como Planitz- piensan que el derecho visigótico no consagraba un principio general de reconocimiento de capacidad jurídica al “nasciturus”, aunque sí arbitraba una serie de medidas protectoras de esa vida incipiente, instrumentos jurídicos que penalizaban el aborto y establecían una serie de derechos para esa personalidad en expectativa que es el “nasciturus”. En el III Concilio de Toledo Recaredo equipara el delito de aborto al infanticidio.
La ruptura del lazo comunitario en nuestras sociedades posindustriales y de consumo favorece un pervertido concepto individualista de sociedad como “suma de individuos” en la que se pierde fácilmente la noción de lo que es una comunidad histórica.
La comunidad histórica se va desvaneciendo ante la imposición de la aldea global que avanza. En nuestras sociedades, los individuos no se sienten ni reconocen como pertenecientes al flujo histórico de las generaciones anteriores (que como ancestros suyos los precedieron), y tampoco tienen conciencia de las generaciones futuras (que como ascendientes suyos los sucederán). Se sienten Robinsones sin pasado ni futuro.
Por eso, el individualismo egoísta es uno de los grandes compinches del aborto, en tanto que no ampara la vida de las generaciones futuras, por desentenderse de ellas al considerarlas tan ajenas a ellos como ajenas son, para ese individuo desarraigado, las generaciones de sus antepasados.
Y eso es tan así que, mientras que se fomenta una idea muy vaga de “solidaridad” entre individuos contemporáneos (por muy alejados que estén en el espacio), se pierde de vista la más genuina solidaridad, que es la que empieza por serlo en su realidad transgeneracional, la misma que encadena a los contemporáneos con los compatriotas que estuvieron antes y con los compatriotas que vendrán a sucedernos.
Se nos presenta, de esta forma, una paradoja muy de nuestro tiempo, expresada por Eugenio d’Ors: “Toda tradición, en efecto, al constituirse se constituye localmente.
No sólo el grupo que ingresa en lo histórico entra con ello a sentirse diferente de los sumidos en lo subhistórico; sino a sentirse también diferente de los otros grupos históricos, con una diferencia proveniente de que la comunidad en los mismos recuerdos y en las mismas perspectivas de futuro a la vez que unifican generaciones, siglos, épocas, aislan de aquellos otros cuya comunidad se ha establecido con una fórmula local distinta, aunque sea siempre una fórmula histórica. La solidaridad en el tiempo, dicho de otro modo, no implica necesariamente la solidaridad en el espacio”.
Conclusión
Los defensores del aborto han llegado a pervertir el lenguaje hasta tal grado que lo que ha sido siempre un “delito”, nos lo quieren ahora hacer tragar como un “derecho”, un más que siniestro “derecho” que no es tal.
Los defensores del aborto han llegado a pervertir el lenguaje hasta tal grado que lo que ha sido siempre un “delito”, nos lo quieren ahora hacer tragar como un “derecho”, un más que siniestro “derecho” que no es tal.
Por eso, la Ley Orgánica 9/85 del 5 de julio, aprobada por las Cortes y por el Rey Juan Carlos I, se conoce como “Ley de la despenalización del aborto”. No puede haber una despenalización, si no ha sido que previamente hubiera una penalización; y esa penalización se establecía en virtud de que la práctica que se penalizaba era y es un delito, no un derecho.
Hoy en día, la demagogia a favor del aborto, pugna por despenalizar hasta el aborto libre y más que “gratuito”, un aborto a costa de la hacienda pública; se invierte así la realidad delictiva y criminal del aborto, convirtiéndolo malévolamente en un presunto “derecho” inadmisible; este maligno artificio ingeniado por leguleyos y politicastros deja campo libre a los técnicos de la muerte, y todo ello viene a formar un colosal y monstruoso negocio del que se lucran grandes complejos de exterminio.
Así, chusma sin escrúpulos hace su negocio de sangre, amparada por leyes injustas que aprueban algunos Estados relativistas, sumidos en su miseria intelectual y moral.
El cúmulo de supersticiones y tópicos pseudocientíficos que cunde sobre la naturaleza humana; la dependencia económica de los medios de comunicación de masas -convertidos en dóciles instrumentos que transmiten las falacias proabortistas que justifican tendencias perversas; la complicidad de los políticos con la industria del exterminio de fetos; el individualismo práctico vigente en las sociedades opulentas, hedonistas y técnicas… son los principales cómplices del genocidio abortista a escala planetaria.
La resistencia contra este holocausto ha de ser, en este mundo en que vivimos, la que se afronte desde:
1) la reformulación de una nueva antropología (a la luz de un ejercicio honesto de la ciencia).
2) la restauración de un concepto de comunidad –que supere el individualismo atómico del neoliberalismo y entronque al hombre actual con las generaciones pasadas y con las futuras.
3) la alianza estratégica, en esta primera línea de combate, de las religiones –sin que esto implique confusión ni sincretismo alguno- que coincidan en la defensa de los mínimos morales.+ (Maestro Gelimer)
Fuente aica.org
Salud y bienestar
La belleza, una alimentación sana y un bienestar físico son de gran trascendencia en una sociedad cada vez más acelerada. Por ello la compensación a tanto estrés en el trabajo cotidiano lo encuentra uno en el deporte, los masajes y también en saunas, para que el alma permanezca en armonía, proporcionándonos tranquilidad. Experimente más sobre su cuerpo y sobre cómo se puede relajar de la mejor manera.
NO DEJES LAS PASTAS!!!!
Décadas atras demonizaban los carbohidratos, se decia que no formaban parte de la dieta porque no podia bajar de peso. Y con ese reclamo, los carbohidratos se han convertido en los malos de la película y han sido marginados de la alimentación. Además, han sido insultados con nombres como gordohidratos. ¿Merecen ese bullying alimenticio al que se les ha sometido? La respuesta es no, pero sí que puedes aprender a comerlos para que te aporten los nutrientes necesarios y no acaben sumando kilos de más.
Elige la mejor opción
SI lo que quieres es bajar los kilos de mas que tienes, no tendrás que renunciar a la pasta, pero deberás tener en cuenta los aderezos y las raciones. Un plato de pasta con salsa carbonara, salpicado de trocitos de beicon no es la mejor elección para que la báscula te premie con buenas noticias. En cambio, una ensalada de espirales con tomatitos y calabacín es un plato saludable que no añadirá kilos de más. Depende mucho de las raciones. Se aconseja que la pasta haga las veces de guarnición, en vez de tomarte un gran plato y repetir como si no hubiera un mañana. Pero todo esto no es porque la pasta sea mala en sí, sino porque si estás a régimen, lo mejor es no descontrolarte con las porciones.
La pasta que adelgaza
Un grupo de investigadores de este país, concretamente del Instituto Neurome de Pozzilli, demostró que estas acusaciones eran poco menos que injurias en un estudio publicado en 'Nutrition & Diabetes Journal'. Y no solo eso: llegaron a demostrar que el consumo de pasta podría estar relacionado, también, con una pérdida de peso. De este modo analizaron a 23.000 personas y concluyeron que los que tomaban pasta de forma habitual pero con moderación tenían una cintura más estrecha que quienes no lo hacían. Y es que la clave es la moderación.
Más sanos
Aproximadamente el 55% de las calorías que ingerimos deberían pertenecer al grupo de los carbohidratos. Además de conseguir una alimentación correcta, también lograremos algunos premios más. Tomar pasta ayuda a metabolizar mejor vitaminas y minerales, según un estudio que realizó la Asociación Nacional de Pasta de Estados Unidos. De hecho, los que habían desterrado este plato de su dieta, no conseguían asimilar estos nutrientes de manera tan óptima como los que se deleitaban con un buen plato de macarrones. Además, se comprobó que los que se tomaban un plato de pasta ingerían menos grasas y azúcares añadidos que los que pasaban de largo ante los platos de pasta.
Te hace más inteligente
El cerebro se nutre de glucosa y esta se aloja en los carbohidratos. Privar a nuestra mente totalmente de este alimento hará que nos sintamos fatigados y tengamos esa sensación de no dar pie con bola. El cerebro los necesita para funcionar de manera óptima y para no lanzar un SOS diciendo que no puede más. De todas formas, la combinación ideal para que nuestra materia gris funcione al cien por cien es que tenga glucosa, pero también proteína.
Olvídalos por la noche
Lo que sí parece cierto es que es mejor evitar consumir carbohidratos por la noche. La pasta no lleva gran cantidad de calorías, de hecho, acostumbran a ser unas cuatro kilocalorías por gramo. Pero lo que ocurre es que cuando consumimos azúcares y no los quemamos porque generalmente no realizamos ninguna actividad después de cenar nos aprestamos mas a acostarnos que realizar otra actividad mas activa y eso se transforman en grasa. En cambio, al tomarlos al mediodía, todo son ventajas: te dan energía para aguantar durante lo que te queda del día y además hay tiempo suficiente para quemarlas.

7 cosas que si o si tienes que hacer al despertar.-
Cuando te despiertes en la mañana, piensa en que una vez más has obtenido el valioso privilegio de estar vivo, respirar, pensar para disfrutar y amar.
Esta rutina te permite empezar con pie derecho tu día:
1.- Medita un poco
La meditación te ayudará a sintonizarte para estar más concentrado y aprovechar mejor tu energía. Inhalar y exhalar profundamente te ayuda a empezar tu día con una sensación de tranquilidad, invierte un par de minutos para estar en silencio luego de levantarte.

2.- Agradece
Comienza tu día agradeciendo por lo que tienes. Hacer eso te ayudará a aprender algo muy importante: reconocer y sentirte bien por las pequeñas batallas ganadas durante las 24 horas siguientes. Te hará más resistente a los problemas que se presentan cada día.

3.- Piensa que harás en el día.
Cuanto antes tengas un plan para el resto del día, más pronto empezarás a usar tu tiempo de manera productiva y eficaz. Cuando lo hagas, piensa en apartar un poco de tiempo para resolver los problemas que vayan apareciendo.

4.- Bebe un vaso de agua
Tu cuerpo necesita agua después de algunas horas de inactividad parcial, por eso es muy importante que la primera cosa que hagas sea beber un poco de agua. Limpia el organismo de toxinas, reduce la sensación de hambre y el riesgo de aparición de dolores de cabeza durante el día.

5.- Realiza estiramientos
Son realmente muy pocas las personas que se levantan por la mañana sintiendo que sus músculos y huesos están listos para la acción. La buena noticia es que acostumbrarse a hacer algunos estiramientos no es algo tan difícil, adicionalmente numerosas investigaciones han mostrado que los ejercicios matutinos pueden aumentar la flexibilidad, mejorar la circulación sanguínea y reducir grandemente el estrés. Eso, sin hablar de los cambios positivos en la figura.

6.- Escucha música.
Empezar tu día escuchando la música que te gusta mejorará tu estado de ánimo, y te llenará de energía para el resto del día.
Tal como lo muestran las investigaciones, la música tiene la capacidad de mejorar la motivación y la productividad así que ¡no dudes en empezar tu día con música!
7.- Sonríe
Empieza tu día sonriéndote a ti mismo frente al espejo del baño. Aunque parezca algo un poco tonto, eso tiene un efecto positivo en el estado general y el ánimo incluso cuando te sientes triste. Una sonrisa sincera hace que las demás personas se sientan más dispuestas a confiar en ti, por otro lado, las personas realmente exitosas siempre procuran estar de buen humor.
Nuevos beneficios del aceite de coco.-
Casi todo el mundo sabe que el coco ayuda a quemar grasas y a bajar de peso.
O que sus ácidos grasos son muy poderosos contra la grasa abdominal, sobre todo en
las mujeres. Y que entre otras cosas ayuda a la digestión, al sistema endócrino y al
funcionamiento del tiroides.
Además, es sabido que aumenta el metabolismo al combatir el estrés pancreático, lo
que hace que las personas obesas bajen más rápido de peso.
Parece suficiente para un solo ingrediente ¿no?
Pero… sabías que entre otras cosas ¿además te ayuda a blanquear tus dientes? ¿O que
es un gran aliado en la lucha contra el Alzheimer? ¿ o que puede ayudar a combatir
el HIV?
las mujeres. Y que entre otras cosas ayuda a la digestión, al sistema endócrino y al
funcionamiento del tiroides.
Además, es sabido que aumenta el metabolismo al combatir el estrés pancreático, lo
que hace que las personas obesas bajen más rápido de peso.
Parece suficiente para un solo ingrediente ¿no?
Pero… sabías que entre otras cosas ¿además te ayuda a blanquear tus dientes? ¿O que
es un gran aliado en la lucha contra el Alzheimer? ¿ o que puede ayudar a combatir
el HIV?
El aceite de coco protege tu cerebro
Por contener triglicéridos de cadena media (MCTs), su consumo puede ser una de las
mejores maneras de prevenir el Alzheimer, la forma de demencia más común en el
mundo.
Esto se da porque el cerebro usa estos MCTs para obtener energía, en vez de usar
carbohidratos.
Y como ya hemos dicho en otras notas, una dieta rica en carbohidratos puede aumentar
en cuatro veces el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Esto además se respalda con que los estudios realizados por la Universidad de
Berkeley, en California, muestran que la sustitución del azúcar por este aceite
mejora las funciones cognitivas y la memoria.
mejores maneras de prevenir el Alzheimer, la forma de demencia más común en el
mundo.
Esto se da porque el cerebro usa estos MCTs para obtener energía, en vez de usar
carbohidratos.
Y como ya hemos dicho en otras notas, una dieta rica en carbohidratos puede aumentar
en cuatro veces el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Esto además se respalda con que los estudios realizados por la Universidad de
Berkeley, en California, muestran que la sustitución del azúcar por este aceite
mejora las funciones cognitivas y la memoria.
El aceite de coco mejora tu sonrisa
Este aceite es un exterminador natural de gérmenes.
Por esto, cuando lo comes, tus dientes reciben una dosis de beneficios
antibacterianos. Lo mejor, sin embargo, es usarlo directamente en los dientes, como
si fuese una pasta.
Déjalo en tus dientes por unos 15 minutos, y no te olvides de escupirlo después, ya
que va a contener muchas bacterias que no quieres comer.
Por esto, cuando lo comes, tus dientes reciben una dosis de beneficios
antibacterianos. Lo mejor, sin embargo, es usarlo directamente en los dientes, como
si fuese una pasta.
Déjalo en tus dientes por unos 15 minutos, y no te olvides de escupirlo después, ya
que va a contener muchas bacterias que no quieres comer.
El aceite de coco es un aliado de tu corazón
Al contrario de lo que muchos piensan, las grasas saturadas no son las causas de las
enfermedades cardíacas.
La verdad es que estas grasas – y el aceite de coco es una de ellas – aumentan el
colesterol saludable.
También, nuestro amigo mata los virus y bacterias que generan placas en las
arterias, disminuyendo el riesgo de infecciones.
Las gente que consume mucho de este aceite tienen tazas muy bajas de enfermedades
cardíacas.
En el mundo occidental, el aceite de coco es tenido como algo exótico. Sin embargo,
en algunas partes del mundo, como en el sur del Pacífico, es algo totalmente normal
y consumido a diario.
En el Tokelau, por ejemplo, 60% de las calorías consumidas por la población viene
del aceite de coco. Los habitantes de este país son extremadamente saludables y
prácticamente no existen las enfermedades cardíacas.
enfermedades cardíacas.
La verdad es que estas grasas – y el aceite de coco es una de ellas – aumentan el
colesterol saludable.
También, nuestro amigo mata los virus y bacterias que generan placas en las
arterias, disminuyendo el riesgo de infecciones.
Las gente que consume mucho de este aceite tienen tazas muy bajas de enfermedades
cardíacas.
En el mundo occidental, el aceite de coco es tenido como algo exótico. Sin embargo,
en algunas partes del mundo, como en el sur del Pacífico, es algo totalmente normal
y consumido a diario.
En el Tokelau, por ejemplo, 60% de las calorías consumidas por la población viene
del aceite de coco. Los habitantes de este país son extremadamente saludables y
prácticamente no existen las enfermedades cardíacas.
El aceite de coco mejora tu sistema inmunológico
¿Por qué? Por contener lípidos antibacterianos y ácidos cápricos y caprílicos, que
tienen propiedades anti fúngicas y anti virales.
Este aceite también contiene ácidos láuricos. El cuerpo transforma estos ácidos en
monolaurinas, sustancias que ayudan el cuerpo a luchar contra enfermedades como la
gripe, el herpes y hasta el HIV.
Luego de todo esto resulta obvio que te diga que veas de incorporar este aceite a tu
vida. Sin embargo nuestro principal consejo es que consumas la versión orgánica y
virgen del aceite, ya que la versión refinada no te va a traer estos beneficios.
Por nuestra salud,
Andrés Soler.
tienen propiedades anti fúngicas y anti virales.
Este aceite también contiene ácidos láuricos. El cuerpo transforma estos ácidos en
monolaurinas, sustancias que ayudan el cuerpo a luchar contra enfermedades como la
gripe, el herpes y hasta el HIV.
Luego de todo esto resulta obvio que te diga que veas de incorporar este aceite a tu
vida. Sin embargo nuestro principal consejo es que consumas la versión orgánica y
virgen del aceite, ya que la versión refinada no te va a traer estos beneficios.
Por nuestra salud,
Andrés Soler.
Fuentes:
“Can coconut oil treat Alzheimer’s?”, UC Health. 3 de junio de 2012.
“Can coconut oil treat Alzheimer’s?”, UC Health. 3 de junio de 2012.
“Five reasons to eat more coconut oil”, The Institute for Natural Healing. 7 de
noviembre de 2014.
http://www.institutefornaturalhealing.com/2014/11/five-reasons-to-eat-more-coconut-oil/
“10 impressive benefits of coconut oil”, Authority Nutrition. Por Krys Gunnar.
https://authoritynutrition.com/top-10-evidence-based-health-benefits-of-coconut-oil/
10 Impressive Health Benefits of Coconut
Oil<https://authoritynutrition.com/top-10-evidence-based-health-benefits-of-coconut-oil/>
authoritynutrition.com
Coconut oil is one of the few foods that can be classified as a “superfood.” Its
benefits include weight loss, better brain function, skin health and many more.
“Health benefits of coconut oil”, Organic Facts.
noviembre de 2014.
http://www.institutefornaturalhealing.com/2014/11/five-reasons-to-eat-more-coconut-oil/
“10 impressive benefits of coconut oil”, Authority Nutrition. Por Krys Gunnar.
https://authoritynutrition.com/top-10-evidence-based-health-benefits-of-coconut-oil/
10 Impressive Health Benefits of Coconut
Oil<https://authoritynutrition.com/top-10-evidence-based-health-benefits-of-coconut-oil/>
authoritynutrition.com
Coconut oil is one of the few foods that can be classified as a “superfood.” Its
benefits include weight loss, better brain function, skin health and many more.
“Health benefits of coconut oil”, Organic Facts.
Health Benefits of Coconut Oil – Organic
Facts<https://www.organicfacts.net/health-benefits/oils/health-benefits-of-coconut-oil.html>
www.organicfacts.net
Coconut oil is good for skin care, hair care, improving digestion and immunity. See
which benefits you are aware of. Know how to buy, store and use it.
“Cholesterol, coconuts, and diet on Polynesian atolls: a natural experiment: the
Pukapuka and Tokelau island studies”, The American Journal of Clinical Nutrition. A
Prior<http://ajcn.nutrition.org/search?author1=I+A+Prior&sortspec=date&submit=Submit>,
FDavidson<http://ajcn.nutrition.org/search?author1=F+Davidson&sortspec=date&submit=Submit>,
C E
Pukapuka and Tokelau island studies”, The American Journal of Clinical Nutrition. A
Prior<http://ajcn.nutrition.org/search?author1=I+A+Prior&sortspec=date&submit=Submit>,
FDavidson<http://ajcn.nutrition.org/search?author1=F+Davidson&sortspec=date&submit=Submit>,
C E
Salmond<http://ajcn.nutrition.org/search?author1=C+E+Salmond&sortspec=date&submit=Submit>,
and Z
and Z
Czochanska<http://ajcn.nutrition.org/search?author1=Z+Czochanska&sortspec=date&submit=Submit>.
http://ajcn.nutrition.org/content/34/8/1552.short
http://ajcn.nutrition.org/content/34/8/1552.short
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