04 junio 2016

EL AMOR EN LO CONCRETO


Un hombre estaba revistiendo de cemento un nuevo sendero. Apenas se dio la vuelta, un grupo de niños lo atravesó corriendo dejando por todas partes huellas en la superficie aún sin endurecer. Un vecino, oyendo sus insultos, le reprochó: "¡Pero Jorge! Pensé que los niños te gustaban. "Sí. Me gustan," contestó, "en lo abstracto, pero no en lo concreto."

Es muy fácil amar a la gente en lo abstracto, el verdadero problema surge en lo concreto. Y recuérdalo, si no amas a los seres humanos concretos, reales, seres humanos, todo tu amor por los árboles y los pájaros es falso, pura habladuría.

Sólo si eres capaz de amar a seres humanos podrá surgir un lugar en tu conciencia en el que te será posible amar a los pájaros y a los árboles y también a las montañas, pero eso será sólo más adelante. Si no eres capaz de penetrar una realidad tan próxima ¿cómo podrás penetrar la realidad que está mucho más allá? ¿Cómo comulgarás con la roca? No tienes un lenguaje común. O bien tú te conviertes en la roca, o la roca se hace ser humano. De lo contrario la distancia es demasiado inmensa, infranqueable. Haz primero un puente con las personas.

Y sé que es posible amar a un árbol, pero eso sólo sucederá cuando hayas amado a los seres humanos tan profundamente, tan totalmente, que en ellos hayas encontrado a los animales. Sólo entonces. Cuando hayas visto a los pájaros en el ser humano, sólo entonces. Porque el ser humano ha sido todas estas cosas, todavía lleva las huellas en su inconsciente, o en su inconsciente colectivo. Fuiste una vez un árbol, un pájaro, un animal, una roca.

Has sido todas las cosas, has sido millones de cosas y todas esas experiencias están todavía dentro de ti. La única forma de contactar con el árbol exterior es primero hacer contacto con el árbol que está en el interior del ser humano.

Enamórate de seres humanos. ¡Arriésgate, sé valiente!

Sufre los dolores del amor y también su éxtasis. Profundiza en los seres humanos y pronto descubrirás que ningún ser humano es sólo un ser humano. Un ser humano es un ser humano y es además toda la Existencia, porque el ser humano es la evolución suprema. Todo lo que el hombre ha sido en el pasado está todavía ahí, capa sobre capa.

¿No has sentido alguna vez que la mujer es una gata? ¿No has sentido, de pronto, mirando a una mujer a los ojos, la gata que hay en su interior? Sin ser una gata, ninguna mujer puede ser mujer. Y también encontrarás a la perra. Y lo mismo sucede con el hombre, también encontrarás al lobo.

El hombre ha evolucionado a través de todo lo que existe. Es como cuando eras un niño; luego fuiste un hombre joven. ¿Piensas que tu niñez ha desaparecido por completo?

Puede que te hayas hecho viejo. ¿Ha desaparecido la juventud de ti? Está ahí; has acumulado otra capa. Sólo tienes que talar un árbol para encontrar en él capa sobre capa. Así es como se cuenta la edad de los árboles: si tiene setenta años es que tiene setenta capas. Cada año deja caer su corteza y aparece una nueva capa. Si cortas una roca, la roca tiene capas. Si profundizas en los seres humanos encontrarás capas, como en los árboles y en las rocas. Cuanto más hondo penetres más cosas extrañas te ocurrirán. Si puedes abandonarte totalmente mientras haces el amor a una mujer estarás haciendo el amor a los animales, a los árboles, a las rocas, a la Existencia misma.


Cada individuo es un pequeño mundo, un microcosmos conteniéndolo todo. Contiene la totalidad, el macrocosmos. Pero no puedes evitar a los seres humanos. No puedes decir: "Amaré a los árboles, pero no a los seres humanos". Entonces tus árboles serán falsos, no te habrás acercado a ellos correctamente. Primero debes amarlos en los seres humanos, primero debes encontrarlos en ellos. Sólo entonces conocerás su lenguaje.

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