
Ojos mendigos, ¿qué buscáis?
Mirada suplicante, ¿de amor?
¿Yo, qué te puedo dar, una sonrisa?
No logrará calmar tu sed y volverás a desear
Vuelve mejor a lo que fuiste un día
A aquella niñez
En la que no pedías, solo dabas
Y dando recibías
Y no pensando amar, amabas y te amaban
A aquella niñez
En la que no existían, deseos, esperanzas
Solamente existías...
Qué hermoso tu blog José, lo agregaré al mío como link recomendado, espero no estemos visitando, muy sensitivo tu poema, hay muchos seres mendigantes de amor.
ResponderBorrarSaludos