15 mayo 2010

Un punto...

Permite que tu mente se vuelva como un lago tranquilo, sin olas, y disfruta de esta experiencia.

Al finalizar un día, es importante sentarse con uno mismo y dejar que la mente se estabilice.

Lentamente, permitir que la mente se vuelva pacífica y serena, como si el día entero no la hubiera afectado.

Para esto, haz el ejercicio de enfocarte en un punto específico y concentrarte en ti mismo como si tú fueras un punto.

Visualízate como un punto de luz brillante; un punto no trabaja y no actúa, simplemente existe y acepta la existencia tal cual es.

Al hacer este ejercicio, poco a poco verás tu mente convertirse en algo más suave y sutil, lleno de paz y serenidad.

Josami...

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