Detrás de las múltiples dolencias físicas que llevan a las personas a realizar una consulta, siempre... pero siempre, hay algún tipo de conflicto espiritual, anímico o afectivo que requiere ser indagado, comprendido y atendido.
Y en la medida en que el médico logra "llegar al alma" de su paciente, la tarea de curar las dolencias físicas es mucho más sencilla y rápida. Y cuando ese tipo de relación médico-paciente se consigue, se hace realidad esa sensación que tantos enfermos perciben de sentirse mejorados apenas se encuentran ante la presencia de su médico.
Vale la pena tenerlo en cuenta y también intentar todos ser "médicos" de nuestros semejantes en cada gesto, en cada palabra, en cada silencio de comprensión, en cada acto de amor. Todos podemos lograrlo...
Ten un buen día...
Josami...
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